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La historia de Kaos y Lidia

Me llamo Kaos y desde hace casi dos meses vivo con Lidia, una chica alegre y optimista a la que ya considero mi mamá.

Ella cree que me rescató deCentro de Protección Animal de Torrejón de Ardoz, pero en
realidad fui yo quien la encontró a través de su amiga Ulla. Me costó un poco porque ya casi tengo 3 años, soy grande, tengo el pelo negro, y me llamo Kaos… nadie parece querer perros como yo, pero creo que con Lidia he acertado.

La perrera no estaba mal porque allí, gracias a Hoope, tenía un sitio donde resguardarme, comida y el cariño de Vanessa y de los otros cuidadores, pero me sentía triste y solo, echaba de menos a mi familia que decidió echarme de casa todavía no se muy bien porqué. Aún hoy, a ratos, me acuerdo de aquellos días a finales de Enero en los que, solo y hambriento, deambulaba por Las Fronteras, sin saber a dónde ir y sin entender por qué ya no podia estar en mi casa. Pero cuando me viene esos recuerdos, me acerco a Lidia y ella me da un achuchón y me dice que no este triste, que ella me quiere mucho y que no me va a abandonar nunca, nunca… eso me hace sentir muy bien!!

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Nuestra vida juntos es maravillosa. Vivimos en un piso muy bonito que está cerca del Retiro, donde pasamos muchas horas y donde ya tengo buenos amigos: Bronte, Will, Manchego, Lio… también hay alguna perrita que me hace ojitos, pero ahora no tengo tiempo para novias porque aun tengo mucho trabajo con Lidia.

A Lidia le encanta levantarse por la mañana y encontrarme siempre sonriente esperando delante de su puerta, le encantan nuestros paseos en el parque y que, cuando llega a casa de trabajar con un poco de estrés, la reciba con alegría. Poco a poco va acostumbrándose a compartir su casa y sus cosas, a ser responsable de alguien o a que el trabajo no sea su prioridad. También ha accedido a recoger mis cacotas y convive con mis pelos y mis cosas tiradas en su alfombra, que ya es de los dos. Pero aun la veo un poco insegura cuando me suelta en el parque (creo que también tiene miedo de que la abandone) y luego: hay que ir al veterinario, a ver si no te va a gustar la cama, una correa morada es de chico o chica??? Cuidado con los gatos del Retiro que te van a arañar, que no te acerques a los charcos que hay garrapatas… Es un poco agonías.

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Ahora estamos encantados porque hemos venido a León a conocer a mis abuelos, a mis tíos y a mis primos, ¡es una familia grande! Aquí se esta muy fresquito y juego todo el rato con mi madrina Sofia y mis padrinos Victor y Nico, que son gemelos. Si Lidia me deja, pienso
quedarme aqui todo el verano.

Esta es nuestra historia, espero que os haya tocado un poquito el corazón y que os animéis a adoptar perros grandes. En el fondo somos más fáciles porque no lo mordemos todo, ni hacemos pis en casa, somos obedientes, fieles y agradecidos. Si lo hacéis estoy seguro de que, como Lidia, os sentiréis orgullosos de tener a un grandote a vuestro lado.

#Adopta un animal

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